Por: Christian León Porras 
Profesor de Maestría en la PUCP

Los profesionales de estos tiempos deben saber distinguir entre producción y productividad. En ese sentido, se dice que la producción es un ciclo complejo de resultados, en el que no necesariamente se toma en cuenta el uso eficiente de los recursos utilizados, en cambio, en la productividad sí se hace. 

Entonces, ¿qué es la Productividad? La respuesta sencilla podría ser de que se trata de una ratio entre resultados organizacionales y recursos organizacionales. Respecto a los recursos organizacionales podríamos decir que existen dos:

1. Los tangibles en el que se destacan financiero, infraestructura, maquinaria, entre otros. 
2. Los intangibles como son tecnología, capital humano, cultura, marca, tiempo, entre otros.  

Luego de hacer esta introducción, podemos centrarnos en una obra clásica llamada “Los desafíos de la Administración del siglo XXI” escrita por Peter Drucker, padre del Management. 

Drucker, en este libro realizó una distinción en cuanto a los trabajadores del siglo XIX y XX, donde la diferencia del trabajador manual versus el trabajador del conocimiento es su productividad.

Éste último puede generar seis factores que optimizan la productividad, basada en el conocimiento, que son: 

1. ¿Cuál es la tarea que genera valor?
2. Aprender a administrarse uno mismo (autonomía).
3. Innovación constante.
4. Aprendizaje y enseñanza permanente.
5. La importancia de la calidad.
6. Las personas son un bien y no un costo. 

Actualmente, los trabajadores manuales están siendo desplazados a gran velocidad por la tecnología, que involucra automatización e inteligencia artificial. 

Sin embargo, el trabajador del conocimiento es más requerido por su Know How, que cuenta con más valor por aquella sociedad, cada vez, más especializada. 

Según IESE Business School, la experiencia y la pericia técnica solo serán obtenidos por los trabajadores del conocimiento, que deberán actualizarse en nuevas competencias como el manejo de las Tecnologías de la Comunicaciones (TICs), el dominio emocional frente a la incertidumbre del futuro, cambios frecuentes en los modelos de negocios y necesidades de los consumidores globalizados. 

El manejo emocional es fundamental para el trabajador del conocimiento, porque deberá canalizar de forma positiva su tolerancia a la frustración, manejar el estrés y potenciar la resiliencia como activos emocionales de bienestar, fundamentales para el equilibrio como ser humano y trabajador contemporáneo.