Por: Christian León Porras
Profesor de Maestría en la PUCP
Mario Vargas Llosa, nuestro Nobel de Literatura 2010, comentaba durante su participación en la XLVI Asamblea Anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), que el Estado Peruano debe invertir más en la formación del capital humano, a través de la educación, a fin de acompañar el crecimiento y desarrollo del país.
Asimismo, investigadores de la Universidad del Pacífico comentan en su libro “La trampa educativa en el Perú”, que la única solución a la crisis del sistema educativo es evaluar a los profesores y directores del país y separar a los que no tengan condiciones pedagógicas, señalando que el gasto por alumno de inicial, primaria y superior subió entre 50% y 70%, pero los resultados de la evaluación censal no mejoraron.
Solo basta recordar los últimos resultados del 2013 del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de los países latinoamericanos, en el que Perú se ubicó último de la lista y del grupo de América Latina.
Pero ¿qué sucede hoy con los actuales profesionales o empleados en su desempeño intelectual? Muchos trabajadores peruanos presentan analfabetismo funcional.
Según la profesora Brenda Corchado un analfabeto funcional es un ser que ha recibido en la escuela la enseñanza normal de la lectura y la escritura, pero que en su vida cotidiana la usa muy poco, la maneja de forma insuficiente, torpe y no depende de ella para lo esencial de su información y comunicación.
Prácticamente no lee libros. Es poco y limitado su acceso a los periódicos, y experimenta dificultades insalvables para poner por escrito un pensamiento o un concepto.
Debemos hacer hincapié que no solo debemos preocuparnos por mejorar los niveles educativos primarios y secundarios, sino también de crear las condiciones ambientales para reducir, o eliminar, el analfabetismo funcional en nuestro país.
Basta analizar nuestro alrededor laboral para notar la cantidad de trabajadores que son parte de esta categoría, sin contar con el analfabetismo emocional que es más grave porque afecta la salud mental colectiva de la sociedad.
La capacitación ejecutiva, sobre la base de principios andragógicos (enseñanza del adulto), tiene un desafío contemporáneo que no debe eludir, teniendo como base la consigna de Alvin Toffler: “los analfabetos del siglo XXI… no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.